jueves, 23 de agosto de 2012

El Códice sale de las catacumbas


Sin que el público pueda acercarse demasiado y entre medidas de seguridad “carísimas”, el Códice Calixtino se exhibe desde esta tarde y hasta el domingo en el Palacio de Xelmírez de Santiago. El Arzobispado de la capital gallega ha decidido aprovechar la publicidad que generó el robo del valioso libro del siglo XII hace poco más de un año y su reciente recuperación para dar a conocer el contenido y la significación del códice en una exposición que desgrana el contenido de los cinco libros que componen la obra y se completa con otros documentos del archivo de la catedral. “El robo ha impulsado el interés de todo el mundo y muchos se enteraron entonces de que existía”, explicó el deán de la Catedral, José María Díaz. El códice será sustituido el lunes por una copia facsímil y volverá a su lugar de custodia mientras la exposición recorre otras ciudades.

El libro reposa en una urna blindada y antibalas, abierto por las páginas de la historia de Turpín, la que narra la leyenda del apóstol Santiago y la que tiene las miniaturas más bellas, en palabras del nuevo archivero de la Catedral, Segundo Pérez. Pese a su año de cautiverio envuelto en periódicos dentro de un garaje de O Milladoiro, donde lo escondió el electricista Manuel Fernández, la conservación del códice es “magnífica”. Está “completamente intacto”, repitió el deán. Así, dijo, fue reconocido por los técnicos de Cultura de Madrid, del archivo del Reino de Galicia y de la Universidad de Santiago. Desde las cuatro de la tarde ya han comenzado a producirse las primeras colas en la plaza de la Quintana para visitar la exposición.

En cuatro días regresará al lugar “donde ha estado 800 años y donde los técnicos han dicho que debe estar” pero con medidas de seguridad: muros de tres metros de grosor, puerta blindada con llaves de combinación y una antecámara. “Hay que marcar tres códigos para entrar”, explicó Pérez, que quiso demostrar la efectividad de las medidas con su ejemplo: al sacar de la cámara el códice para llevarlo esta mañana a la exposición hizo saltar varias veces las alarmas. “A los archiveros se nos enseñó a vivir en guardia contra humedades e incendios, pero hoy los peligros son otros”, explicó el deán.

Como indicó el arzobispo Julián Barrio en la inauguración de la muestra, la Iglesia “está empeñada en mantener el patrimonio histórico artístico en su función original, para la proclamación de la fe”. Otra manera de zanjar la polémica sobre si el mejor lugar para guardar el Códice es la Catedral.

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